“El Aikido no es una técnica para combatir
o vencer al enemigo.
Es un medio para reconciliar el mundo
y reunir a la humanidad en una sola familia.
El secreto del Aikido es armonizarnos
con los movimientos del Universo, esto es,
sintonizarnos con el Universo.”
O Sensei Morihei Ueshiba
“No les enseño técnicas marciales
sino a vivir por la no violencia.
El verdadero Budó es una obra de amor
que cuida afectuosamente todas
las manifestaciones de la naturaleza
con un espíritu de reconciliación.
El Aikido no se apega a nada,
se dedica al crecimiento de todos los seres
y trabaja para la plenitud del Universo.
El amor es la divinidad que protege
todas las cosas, nada existe sin él.
El Aikido es la realización del amor.”
O Sensei Morihei Ueshiba
ESCUELA DE AIKIDO
AIKIKAI DEL ECUADOR
- Entrenamiento para iniciantes y avanzados
- Defensa personal estratégica
- Manejo del Boken (espada de madera)
- Manejo del Jó (bastón largo)
- Desarrollo de la respiración global profunda
- Conciencia corporal para el autogobierno
- Gimnasia regenerativa humana
- Do-in: automasaje y terapéutica oriental
- Shiatsu: masaje japonés para el equilibrio de la energía interior
- Los poderes esenciales de la meditación: vitalidad, armonía, espiritualidad
- Afiliado a la Federación Latinoamericana de Aikido y al Aikikai Internacional
- Amplio Tatami y todos los servicios para un entrenamiento placentero
- Los visitantes son siempre bienvenidos para observar las clases
A I K I D O - El Arte Marcial de la Armonía
Ai = Armonía, amor
Ki = Energía vital de la naturaleza y el universo
Do = Entrenamiento constante, camino
El Aikido es un arte marcial para el desarrollo integral humano. Mediante el ejercicio global del cuerpo, las emociones y el pensamiento es capaz de generar energía, armonizar el alma y enriquecer la espiritualidad. Su apariencia básica muestra hábiles y atractivos movimientos en pareja, pero su realización avanzada constituye un estilo de vida para la integración humana y con la naturaleza.
El Aikido promueve la unión de las dos energías vitales: cuerpo y mente, mujer y hombre, padres e hijos, sociedad e individuo, Oriente y Occidente, universo y persona, Yin y Yang. Su enseñanza principal no es para ejercerla en el dojo sino en la vida cotidiana.
Este dojo surge en 1.999, como un ambiente en el que adultos y niños puedan cultivar sus facultades corporales, emocionales y espirituales. Inició con la profunda experiencia y convicción del beneficio personal y grupal que brinda el aikido en todo sentido, y del universo de aprendizajes esenciales que este arte marcial permite descubrir.
En el dojo “Armonía”, sin distinción de grados, profesores y alumnos somos estudiantes de una escuela de educación para la vida. Nosotros no hacemos aikido, el aikido nos hace a nosotros. La gran riqueza técnica, artística y filosófica del aikido, está disponible en el dojo para el cultivo de sus miembros.
Superarnos en los ámbitos personal, conyugal, familiar, social y natural, es nuestro objetivo primordial. Cada clase es un ejercicio interno de investigación, cuyo proceso genera energía, sensibilidad y lucidez en una mejor calidad de vida, en un mejor manejo de la salud y la enfermedad, el amor y el rechazo, la libertad y el apego, la paz y la guerra internas. Si alumnos y profesores viven pequeños y graduales incrementos de su calidad respiratoria, de su serenidad y conciencia corporal, la alegría de la escuela está plenamente vigente.
La mayor riqueza y fortaleza del dojo es, sin duda, el valor humano de sus miembros. Un ambiente acogedor, que abriga auténticas relaciones de amistad, solidaridad y apoyo, se lo siente y cultiva de forma permanente.
Entre los practicantes no impera el espíritu combativo sino la afectuosa colaboración y el respeto dentro de una dinámica y divertida meditación. La mayor enseñanza no proviene de los instructores sino del aporte colectivo de sus miembros.
La escuela también promete y busca la excelencia en el desarrollo técnico del aikido. Ofrece una enseñanza basada en la firmeza y la suavidad, la solidez y la flexibilidad, el protagonismo y la receptividad, para formar aikidocas cuya expresión técnica sea reconocida de alto nivel en cualquier dojo del mundo.
En el dojo “Armonía” tenemos experiencias fascinantes que nos motivan a continuar. Queremos aprovechar personalmente del aikido y contribuir, socialmente, en la revitalización de la humanidad, ahora tan necesitada de procesos hacia la salud, el afecto y la paz interior.
ESCUELA PARA NIÑOS
El Aikido convierte el arte marcial en un divertido juego para el fortalecimiento físico, emocional y psicológico de los niños. Ellos aprenden a coordinar su cuerpo, a relacionarse con sus compañeros con respeto, a incorporar la ética social y el amor a la naturaleza.
La práctica del Aikido es en especial valiosa para los niños como un apoyo físico, sentimental y espiritual, frente a los desafíos de su crecimiento.
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Aprenda a mantener una vida saludable y la autocuración de las enfermedades